Celadon Group, uno de los más grandes transportistas de camiones de Estados Unidos, solicitó la protección legal para declararse en bancarrota y dejará completamente de operar, informó The Wall Street Journal.
La firma con sede en Indianapolis ha estado tratando de darle la vuelta a sus negocios luego de un escándalo contable que disparó una revisión administrativa mientras la compañía buscaba reponerse de problemas financieros.
«Hemos diligentemente explorado todas las opciones posibles para reestructurar Celadon y mantener los negocios operando; de cualquier forma, una serie de legados y vientos en contra del mercado hicieron imposible lograrlo», dijo en una declaración el Jefe Oficial Ejecutivo Paul Svindland.
La compañía tenía cerca de 3 mil 800 empleados al momento del cierre, incluyendo aproximadamente 2 mil 500 conductores, y servía a consumidores corporativos como Loew’s, Philips Morris International, Walmart, Honda Motor y Procter & Gamble.
Celadon debe 293 millones de dólares en pasivos a largo plazo, 138 millones en deuda, 115 millones en arrendamientos capitales, 7 millones en impuestos diferidos y 33 millones al Departamento de Justicia derivado de un sondeo federal en la contabilidad de la compañía, además de 98 millones de dólares en pasivo circulante.
Sus activos al 30 de septiembre valían 427 millones de dólares. Los procedimientos de quiebra de la compañía serán financiados por un servicio de deudores en posesión de 8.25 millones de dólares provistos por algunos de sus prestamistas existentes.
El negocio Taylor Celadon Express, con sede en Hope Mills, Carolina del Norte, continuará operando mientras Celadon explora una venta en funcionamiento de sus operaciones, dijo la compañía en un comunicado.
La empresa ha estado bajo presión desde que el mercado de carga de Estados Unidos se estancó a fines de 2015 y 2016, con esfuerzos de recuperación complicados por otra recesión este año. El transportista estaba trabajando para recuperarse de una apuesta fallida en su negocio de arrendamiento de camiones y un escándalo contable que derrumbó las acciones de la compañía y llevó a la acusación la semana pasada de su exdirector de operaciones y director financiero por múltiples cuentas fraudulentas.
En abril Celadon acordó pagar 42.2 millones de dólares por las acusaciones de fraude después de llenar declaraciones financieras falsas y mentir a auditores en un esfuerzo de esconder pérdidas por el envejecimiento de su flotilla de camiones.
El transportista se metió en dificultades después de expandir rápidamente su antigua división de arrendamiento de camiones Quality Companies LLC, que fue el centro del escándalo contable. La expansión marcó una gran apuesta en el arrendamiento de camiones en los años previos a la desaceleración de los camiones de 2016 en el mercado.
La compañía no ha presentado estados financieros desde febrero de 2017 y está trabajando para reexpresar varios años de sus resultados, que se extienden hasta su año fiscal que finalizó el 30 de junio de 2014. Recibió 165 millones de dólares en una nueva financiación en agosto por parte de un accionista identificado en presentaciones de valores como Luminus Energy Partners Master Fund Ltd quien retuvo la orden para comprar una participación de hasta 49.9 por ciento del negocio.
Celadon estaba enlistado en el número 16 entre los transportistas de camiones más grandes de Estados Unidos y contó con ingresos por 762 millones de dólares en el 2018, un declive del 11 por ciento en comparación a los 856 millones de dólares del año anterior.
Las fallas de las compañías de camiones han crecido este 2019, alcanzado 795 cierres en los primeros tres trimestres de 2019, más del triple del número total de fallas del sector camionero para el mismo periodo de 2018.
Fuente:
Comments